DeletedUser
Guest
El vigia descansaba los ojos mientras se preparaba para comer algo. Habia sido una jornada aburrida, como siempre, viendo los soldados que se encaminaban a la recogida de impuestos de los pueblos cercanos.
Si tenia suerte, algun comerciante se paraba en el camino y descansaba un tiempo con el mientras le contaba asombrosas historias de sus viajes por el mundo.
Sin embargo nunca pasaba nada de lo que habia leido en aquellos maravillosos libros de caballerias de su niñez. Con todas sus fuerzas deseaba una batalla como aquellas de antaño que le contaba su abuelo, en la que ejercitos numerosos se encontraban en el campo de batalla para la gloria de sus respectivos reinos.
Ahora todo era rutina.
No pudo evitar fijarse en una nube de polvo que se levantaba en el horizonte...
Rapidamente, con el corazon a punto de saltarle del pecho, acudio a su puesto solo para ver asombrado como un ejercito del vecino reino del infierno avanzaba hacia el campamento de la Iª legion. Entre ellos reconocio los estandartes de los mas renombrados señores del reino vecino que parecian haberse reunido de todos los confines del mundo con la esperanza de aplastar a aquellos hombres que descansaban en el valle de mas abajo...sus camaradas...sus amigos...
Rapidamente cogio el cuerno de alarma y soplo con todas sus fuerzas...
----------
En el valle todos saltaron al unisono al oir el agudo grito helado del cuerno. Hacia años que se habian preparado para esto y al fin llegaba la hora decisiva de probar su valor.
El general emitia ordenes sin parar mientras cada hombre, sin necesidad de escucharlas ocupaba su lugar.
Se puso como objetivo salvaguardar las fuerzas ofensivas para emboscar al enemigo si se presentaba la oportunidad. Para ello, embestida tras embestida se replegarian del campo de batalla, dejando a los bravos espaderos y lanceros ganar un tiempo precioso.
Se enviaron emisarios a todos los aliados cercanos y exploradores a los campamentos de las legiones enemigas. Se apuntalaron las puertas de las murallas y los hombres se prepararon para el combate inminente.
Las horas pasaron y solo aparecian pequeñas incursiones que eran facilmente repelidas. La maquinaria belica funcionaba como un reloj y el entrenamiento daba sus frutos.
Los aliados cercanos empezaron a enviar sus hombres para colaborar en la defensa. Hombres valientes, acostumbrados al trabajo duro, dispuestos a entregar sus vidas por una promesa que les vinculaba.
De pronto llego el desastre. El grueso del ejercito avanzaba inexorable y la maquinaria de asedio, los guerreros con hacha y la caballeria estaba dispuesta a la retirada... pero no pudo ser. El enemigo rodeo el asentamiento haciendo imposible cualquier accion evasiva. Todo parecia perdido...
Otros hombres habrian pensado en la rendicion. Otros hombres cosiderarian pagar un tributo a cambio de la oportunidad de vivir un dia mas... pero ellos no eran otros hombres. Eran guerreros, descendientes de aquellos bravos hombres que vencieron ante los mejores adversarios que alguien podria encontrar. De aquellos guerreros que hicieron retorceder una y otra vez a ejercitos que los superaban 100 a 1. Ellos no vivirian para deshonrar a sus abuelos.. para tener que contar a sus nietos como perdieron la plaza. Hoy nadie volveria a sus casas y se asegurarian de hacer pagar al enemigo cada muerte que provocaran multiplicada por 3...
(continuara...)
Si tenia suerte, algun comerciante se paraba en el camino y descansaba un tiempo con el mientras le contaba asombrosas historias de sus viajes por el mundo.
Sin embargo nunca pasaba nada de lo que habia leido en aquellos maravillosos libros de caballerias de su niñez. Con todas sus fuerzas deseaba una batalla como aquellas de antaño que le contaba su abuelo, en la que ejercitos numerosos se encontraban en el campo de batalla para la gloria de sus respectivos reinos.
Ahora todo era rutina.
No pudo evitar fijarse en una nube de polvo que se levantaba en el horizonte...
Rapidamente, con el corazon a punto de saltarle del pecho, acudio a su puesto solo para ver asombrado como un ejercito del vecino reino del infierno avanzaba hacia el campamento de la Iª legion. Entre ellos reconocio los estandartes de los mas renombrados señores del reino vecino que parecian haberse reunido de todos los confines del mundo con la esperanza de aplastar a aquellos hombres que descansaban en el valle de mas abajo...sus camaradas...sus amigos...
Rapidamente cogio el cuerno de alarma y soplo con todas sus fuerzas...
----------
En el valle todos saltaron al unisono al oir el agudo grito helado del cuerno. Hacia años que se habian preparado para esto y al fin llegaba la hora decisiva de probar su valor.
El general emitia ordenes sin parar mientras cada hombre, sin necesidad de escucharlas ocupaba su lugar.
Se puso como objetivo salvaguardar las fuerzas ofensivas para emboscar al enemigo si se presentaba la oportunidad. Para ello, embestida tras embestida se replegarian del campo de batalla, dejando a los bravos espaderos y lanceros ganar un tiempo precioso.
Se enviaron emisarios a todos los aliados cercanos y exploradores a los campamentos de las legiones enemigas. Se apuntalaron las puertas de las murallas y los hombres se prepararon para el combate inminente.
Las horas pasaron y solo aparecian pequeñas incursiones que eran facilmente repelidas. La maquinaria belica funcionaba como un reloj y el entrenamiento daba sus frutos.
Los aliados cercanos empezaron a enviar sus hombres para colaborar en la defensa. Hombres valientes, acostumbrados al trabajo duro, dispuestos a entregar sus vidas por una promesa que les vinculaba.
De pronto llego el desastre. El grueso del ejercito avanzaba inexorable y la maquinaria de asedio, los guerreros con hacha y la caballeria estaba dispuesta a la retirada... pero no pudo ser. El enemigo rodeo el asentamiento haciendo imposible cualquier accion evasiva. Todo parecia perdido...
Otros hombres habrian pensado en la rendicion. Otros hombres cosiderarian pagar un tributo a cambio de la oportunidad de vivir un dia mas... pero ellos no eran otros hombres. Eran guerreros, descendientes de aquellos bravos hombres que vencieron ante los mejores adversarios que alguien podria encontrar. De aquellos guerreros que hicieron retorceder una y otra vez a ejercitos que los superaban 100 a 1. Ellos no vivirian para deshonrar a sus abuelos.. para tener que contar a sus nietos como perdieron la plaza. Hoy nadie volveria a sus casas y se asegurarian de hacer pagar al enemigo cada muerte que provocaran multiplicada por 3...
(continuara...)
Última edición por un moderador: